Siempre he cuidado mi alimentación y mi cuerpo, pero cada mañana me levantaba con la cara hinchada. No importaba lo que hiciera -beber más agua, reducir la sal, probar el drenaje linfático-, nada cambiaba realmente. Sentía que mi cuerpo lo retenía todo y mi barriga seguía hinchada sin motivo. Entonces una amiga me habló del cortisol y su efecto en la retención de líquidos. Nunca lo había relacionado, pero cuanto más averiguaba, más sentido tenía. Decidí probar Nuclever y, en pocas semanas, ¡por fin noté la diferencia! Mi cara está más esculpida, me siento menos hinchada y, sobre todo, me siento bien conmigo misma.